miércoles, 25 de septiembre de 2013

En un pequeño pueblo del estado de Veracruz llamado Altotonga, vive una joven de 15 años, llamada Betzaida Guadalupe Palomares de la Merced (un nombre muy largo) de complexión delgada, piel morena, de ojos grandes y cafés, mide 1.63 cm. Tiene cabello negro ondulado y largo.

El lugar favorito de ella fue creado en el año de 1910 dentro del palacio municipal de su pueblo, se desconoce el nombre del ingeniero que lo creo ya que se saben muy pocos datos de esa fecha. El sitio es amplio, se encuentra ubicado en la calle Rebsaben s/n en el centro de Altotonga, junto al parque, está justo en la entrada principal del palacio municipal subiendo unos pequeños escalones, la puerta es de color blanca de madera, al entrar esta la planta alta donde hay un largo barandal del mismo color que la puerta y unas escaleras para bajar hacia la cancha las cuales están de lado y lado. Las paredes están pintadas de color durazno con unos arcos de ladrillo.

Ya en la planta baja se encuentra la cancha de basquetbol con medias de 28 metros de largo  14 metros de ancho, la línea de tres puntos mide 5 y la linea de tiro libre 4,25m. los colores de la cancha son azul, naranja y gris.
Desde que tiene memoria, ella siempre oía hablar acerca de ese lugar, ya que ahí se llevaban varios eventos de la ciudad, pero fue hasta el año de 2008 cuando lo conoció y entro por primera vez, su papá la llevo a ver un partido de basquetbol de uno de sus amigos, ella tenía solo 7 años, pero su interés por ese deporte iba aumentando, al entrar y escuchar los balones rebotar, supo que ese sería un muy interesante lugar.

Ya que era muy pequeña, no podía alcanzar a ver detrás del barandal así que su papa tuvo que cargarla, después de una hora de partido, ella y su papá bajaron por las escaleras hacia la cancha, mientras el platicaba con sus amigos y los felicitaba por el rotundo triunfo, Betzaida no podía dejar de admirar el enorme lugar, volteaba hacia arriba y miraba los aros de básquet, preguntándose si algún día llegaría a ser tan alta para poder encestar una pelota ahí. Fue tanta su ansiedad que tomo un balón que se encontraba a la mitad de la cancha y corriendo desde la mitad de la cancha hacia abajo del aro, dio un pequeño tiro que ni siquiera toco el aro, su papá al notar su cara de tristeza por no haber metido el balón, la cargo en sus hombros y ella estirando su brazos hacia el aro logro meter el balón.


Después de ese día empezó a ir con más frecuencia, ya fuera con su papá a ver partidos o con sus amigos a jugar o simplemente a pasar el rato, platicar y reír mucho. Ya han pasado más de 5 años desde la primera vez que fue, muchas cosas del lugar han cambiado, pero ella lo sigue y lo seguirá viendo como el lugar en donde metió su primera canasta, se siente tranquila, cómoda, sin preocupaciones, alejada un poco de la sociedad. Es el lugar en donde ha vivido momentos tanto divertidos, como, angustiosos, es un lugar libre, pero principalmente es donde ella se siente feliz y puede hacer lo que más le gusta, jugar basquetbol y estar con sus amigos, sin duda su lugar favorito en todo su pequeño gran mundo.



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