miércoles, 25 de septiembre de 2013

leonardo enrique hernandez salgado mi lugar favorito


El lugar en el que paso mi tiempo libre, el lugar a donde prefiero estar al enojarme  en pocas palabras mi lugar favorito, ese lugar, a donde el sueño de cualquier futbolista comienza, claro ese lugar, una cancha de futbol, es ese maravilloso lugar en donde desquitas toda tu furia golpeando, pateando o chutando un balón, para mi ese lugar se encuentra en Tlatlauquitepec, en la comunidad de contla, a un costado de la capilla del Carmen y de un panteón, tiene cuatro entradas pero la entrada principal es un gran portón de color naranja, al entrar observaras dos bancas, seis porterías cuatro son medianas y dos son grandes, también observaras los baños públicos pero están descuidados, se convirtió en mi lugar favorito justo cuando tenía cinco años, gracias a mi tío porque me llevo a uno de sus partidos,  pero pues que les cuento en este gran lugar comenzó la siguiente gran historia:



Me encontraba aun en la secundaria, en cada clase, en cada platica en cada rato libre, el tema central, el futbol, la curiosidad comenzó a crecer en mi , puesto que el futbol era mi más grande pasión, claro en la secundaria los maestros me consideraban uno de los mejores jugadores a pesar de estar tan solo en primer grado, comencé  a entrenar esa habilidad que sabía que tenía, con el paso de algunos meses perfeccione esa habilidad. Un día oí a unos de mis amigos platicar sobre un torneo de futbol, por supuesto que me entusiasme y comencé a preguntar acerca de aquel torneo, reuní gran información y dentro de esa gran información me lleve  una gran sorpresa al ver que una escuela de futbol estaba ubicada en contla (Tlatlauquitepec) fue tanta mi emoción que ese mismo día decidí ir a esa escuela, al llegar observe que estaba mi primo y algunos amigos, todo se encontraba a mi favor para lograr entrar al equipo titular, durante dos o tres mese entrene arduamente para poder lograr  mis objetivos, espere y me desgaste todo ese tiempo hasta que, por fin un partido llego, estaba tan emocionado que no sabía ni qué hacer, la emoción, el nerviosismo, la tensión, la adrenalina, todas esas emociones que recorrían mi cuerpo eran intensas, faltando una semana nos preparamos tanto como pudimos, para ese primer partido, y al fin llego el día del partido nos desgastamos tanto en la cancha el entrenar observo nuestras habilidades , pero claro, el juego en equipo en ningún momento se noto, así que después del partido el entrenador nos dio una breve platica en la que nos menciono que deberíamos jugar más en equipo, a pesar de que ganamos ese partido, no nos sentíamos satisfechos ya que el equipo no se notaba, pero gracias a ese primer partido nos dimos cuenta que el equipo se componía de todos y cada uno de los jugadores, desde los que estaban sudando la playera dentro de la cancha hasta los que estaban esperando el turno para jugar ( la banca ), después de eso comenzamos a entrenar en todo nuestro tiempo libre, con todo este gran entrenamiento logramos entrar al torneo, comenzamos bien pero a medio torneo nos confiamos y quedamos fuera, si nos disgustamos y pues no se que nos paso o que me paso, me salí del, equipo de ese gran equipo en el que obtuve mi primera oportunidad los cambie por el equipo que había sido campeón, pero por pensar que ya habían sido campeones no me di cuenta que dejaba solo a mi equipo, pero cuál fue mi sorpresa en ese segundo partido ellos fueron campeones no me moleste con ellos si no conmigo mismo, al paso del tiempo el entrenador del contla me hizo el comentario de que a pesar de que fueron campeones al equipo le faltaba un jugador, al oír estas palabras deje atrás mi orgullo y me disculpe con él y con mis compañeros de equipo así que les pedí una segunda oportunidad, ellos aceptaron que jugara nuevamente en ese equipo, y pues si quería entrar nuevamente al equipo titular debía comenzar desde abajo, así lo hice hasta entrar nuevamente al equipo titular, la confianza regreso a mí y esta vez entrenamos tan duro que logramos llegar a las semifinales, todos nos emocionamos tanto que en ese partido de semifinales ganamos  y obtuvimos un pase directo a la final, para ese partido final esperamos dos semanas así que toda la primera semana y tres días de la siguiente entrenábamos de cuatro a ocho de la noche, el día había llegado, estábamos decididos a dejarlo todo en la cancha, el partido comenzó el primer tiempo comenzamos ganando al segundo tiempo nos empataron, el partido concluyo y el partido se fue a tiempos extra, no paso nada y pues a penaltis  no hay de otra, mis piernas ya no aguantaban mas todo iba bien hasta que llego el momento en el que cobraría el penalti,  lo falle, le falle a todo mi equipo, pero ellos me demostraron algo a pesar de perder o ganar ellos siempre estarían apoyándome, a pesar de haber perdido esa final en nuestra propia cancha festejamos como si hubiéramos ganado ya que el equipo debe estar unido siempre se gane o se pierda.

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