miércoles, 2 de octubre de 2013

LOS RAPEROS

Por encima de todo son cronistas sociales por naturaleza, provienen de todas partes, la mayoría de ellos bajo la cultura del break (música que en su momento de aparición fue totalmente rompedora). 
El estilo típico del rapero es formar sus propias bandas y marcar sus territorios haciendo las famosas “firmas” (especie de logo que simboliza su nombre y los “pintan” sobre paredes o mobiliario urbano). Su vestimenta puede variar, puede ir desde ropa muy deportiva grandes pantalones, geirses de baloncesto, gorras, etc. hasta el modelo típico de otra banda llamada “Emos”. Su principal contradicción es considerar ser artistas profesionales y no tener que alternar su quehacer artístico con algún trabajo. 
Esto según ellos los haría sentirse aficionados y no es lo que quieren. 
A pesar de esto no desechan el término “aficionados pero aseguran que al igual que un cantante lirico, un artista plástico, un poeta , un escritor de arte o un músico necesitan tiempo para dedicarlo a hacer su música, elaborar su textos hacer promociones en la radio o televisión y nutrirse culturalmente. Otros en cambio están sentados en el corazón del barrio observando lo que sucede cada día para “ alimentar sus textos”, representan ese mundo marginal pero no marginado, relatan (en su mayoría) historias verdaderas que suceden a diario en sus barrios.
 El rapero tiene como principales objetivos ser reconocido, lograr grabar sus discos y depender económicamente de su trabajo. Por estas razones son considerados por muchos como vagos habituales porque les cuesta creer que el rapero es un artista.
LUIS ANGEL LEON 

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